El Big Data supone una palanca de cambio en muchas empresas. Pero sin duda, es en el Sector Sanitario en el que el potencial de una enorme cantidad de datos y su análisis, pueden tener consecuencias más trascendentes.

Pensemos, por ejemplo, en las ventajas que puede suponer a nivel diagnóstico, el análisis profundo de datos inmunológicos con tecnologías capaces de superar en detección e interpretación al ojo humano. Es esperanzador pensar que el Big Data encontrará patrones en pacientes anónimos, vistos como secuencias de datos, que permitirán sanar enfermedades que los médicos aún no habían percibido que el paciente podía tener.

Si al diagnóstico precoz, se suma la reducción del tiempo de investigación de los doctores, que tanto en la Sanidad Publica como en la privada, se ve muy comprometido por la asistencia al paciente, parece lógico pensar que estamos ante una revolución que puede dar resultandos muy esperanzadores, agilizando las tesis e investigaciones que actualmente no cuentan con los recursos necesarios.

Pero además, el análisis estadístico de datos sanitarios puede descubrir tendencias o patrones en el sector que, analizados desde una perspectiva menos amplia, se considerarían no relevantes. Si analizamos variantes aisladas como tiempos de atención en Urgencias y perspectiva de recuperación de un paciente, las tendencias pueden no ser valiosas, pero al sumarlas a otros factores, podremos contar con datos objetivos que permitirán a Hospitales y centros Médicos reforzar patrones de conducta y, posiblemente, desarrollar nuevos protocolos que garanticen una mayor eficiencia.

Existiría tan sólo una cuestión que podría hacer dudar a los más incrédulos sobre la utilización del Big Data en el ámbito sanitario: la seguridad y privacidad. Para poder traducir los millones de datos a resultados, necesitamos hacer que la información pueda ser procesada por la tecnología actual, pero de forma segura y anónima, garantizando que la información de los pacientes no se vea expuesta. Y para esta cuestión, ya existe el Proyecto Savana, basado en lingüística computacional, que se encarga de codificar las historias clínicas a datos no estructurados y viceversa. De esta conversión y su posterior tratamiento, surgen posibilidades reales de diagnóstico predictivo en enfermedades, que hoy por hoy, se cobran muchas vidas y que en el futuro, serán simplemente, historia.

 

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