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Susana Gilabert, Directora Marketing & Comunicación

Se espera que algunas de las tecnologías, que comenzaron tímidamente en 2015 comiencen a madurar el próximo año, como, por ejemplo, experiencias centradas en la realidad virtual y realidad aumentada irán en aumento. Durante 2016 casi todos hemos sido partícipes del fenómeno PokemonGo y sin ser reconocidos como “millennial” (persona nacida entre 1981 y 1995 que domina perfectamente el entorno cibernético).

Actualmente nos encontramos en un momento de constantes cambios donde un gran número de tendencias tecnológicas como Cloud, Big Data y el concepto del que todos los integradores hablamos, Transformación Digital están replanteando los procesos de negocios de muchas organizaciones con una previsión de continuar creciendo en ese sentido del 43% para 2020.

Concretamente, y siendo la seguridad de acceso a los datos lo que más importa a los clientes, la mayor inversión se realizará sobre los nuevos paradigmas de acceso a la información, Cloud y Big Data. Igualmente, para no tener una dependencia absoluta del fabricante, se está apostando por los desarrollos a medida en lugar de los estándares llave en mano y por un modelo de negocio colaborativo donde se anime a emprender hacia una perspectiva más abierta e internacional de bienes y servicios.

La Responsabilidad Social Corporativa es pieza clave en todo este contexto donde las nuevas tecnologías deben ayudar al desarrollo de la educación, salud, organizaciones, jóvenes emprendedores y administraciones públicas. La tecnología en el sector educación es esencial para que cada vez más la formación e información sean accesibles, reduciendo sus costes. En el sector de la sanidad, sin embargo, serán tendencias la investigación de la robótica y nanotecnología como ayuda a la “cura del cáncer, o para recuperar la memoria en el caso del alzhéimer”. En este sentido, también se invertirá en telemedicina (soluciones y servicios de salud a las que se accede de forma remota desde dispositivos conectados), Internet de las cosas a través de los wearables, Big Data, aplicados a los historiales médicos que cambiarán la relación de los pacientes con los servicios de salud.

Se prevé que el mercado en 2021 genere más de 26.000 millones de objetos conectados. Efectivamente, hablamos del Internet de las cosas y este fuerte incremento traerá nuevos retos en el ámbito de la ciberseguridad.

El hecho de que tu nevera haga la compra por ti, tu coche cierre la revisión con el taller o los objetos de tu casa se comuniquen entre sí para hacerte la vida más cómoda, parecen películas de ciencia ficción, pero ya están aquí y han venido para quedarse. Los próximos dos años serán decisivos para que las organizaciones identifiquen cómo aprovechar IoT al máximo, siendo vital para posicionarse frente a los competidores.

Lo que está claro, es que vivimos en un mundo cada vez más globalizado en el que la tecnología está avanzando a pasos agigantados. Algunos pronósticos apuntan incluso a que no queda tanto para poder sacar dinero de un cajero sin la necesidad de utilizar tarjetas, tan solo con la retina de los ojos. Este tipo de tecnologías abren nuevos nichos de mercado, creando nuevos escenarios y cambiando completamente las reglas del juego.

Como conclusión se prevé un 2017, donde la gestión y el análisis de datos serán uno de los principales objetivos de muchas empresas sobre el que se sustentarán muchos negocios y donde la financiación para abordar nuevos proyectos será igualmente importante por eso, aquellos integradores que puedan abordar una oferta global de pago por uso serán actores con los que habrá sin duda que contar.

Susana Gilabert, Directora Marketing & Comunicación

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