Grupo Econocom lleva tiempo incentivando a los centros educativos más innovadores para que reinventen en actividad educativa a partir de aulas conectadas e innovadoras que ofrezcan a sus alumnos las herramientas más útiles. Como uno de los primeros inversores en Educapital, la primera firma de capital-riesgo de Europa dedicada a la educación y la formación profesional, nuestra compañía está comprometida en este campo y lo demuestra con hechos.
Hoy sigue teniendo sentido recordar la pregunta que formuló no hace mucho tiempo el expresidente norteamericano Barack Obama, “¿por qué en un país en el que esperamos tener acceso a WiFi mientras tomamos un café, no lo deberíamos tener en nuestros colegios?”
En nuestro país, se dieron pasos para avanzar en este terreno a principios del año 2.000, aunque se vieron interrumpidos como consecuencia de la crisis económica global. Con el respaldo de la Unión Europea, se sentaron las bases para poner en marcha programas para introducir Wi-Fi en campus y escuelas, asimismo dotar muchos centros con ordenadores portátiles, tablets y pizarras digitales. Pero, esa tarea es hoy más urgente, y con el incesante avance de las tecnologías, debe servir para replantear incluso la metodología educativa, el papel de profesor y su relación con los alumnos.
La transmisión unilateral de conocimientos ya es cosa del pasado y, aunque las nuevas tecnologías estén lejos de sustituir al profesor, sí van a impactar directamente en su actividad diaria y modificar su perfil y competencias.
Los alumnos, por su parte están dejando de ser sujetos pasivos y ganan protagonismo a la hora de asumir mayor responsabilidad, en la definición y consecución de sus metas educativas.
Si las tablets han demostrado que mejoran la motivación, intercambio y comunicación entre alumnos (además de permitirles desarrollar habilidades digitales nuevas), también proporcionan una gran flexibilidad, en términos de espacio y tiempo en el aula. Su capacidad de convertirse en ventana de conocimiento y relación en el ámbito educativo es incuestionable y, unido al potencial de Internet muy implantado ya en nuestro país con el soporte de las tecnologías WiFi, puede convertirse en un gran canal de acceso al conocimiento.
Tanto docentes como alumnos pueden aprovechar los dispositivos digitales para mejorar el rendimiento, gestión y organización del aula, la evaluación de los estudiantes o la calidad de los contenidos y materiales didácticos. Por no hablar de las innumerables ventajas en la relación profesor-alumno.
En definitiva, la tecnología digital de la información permite que los docentes intercambien contenidos curriculares, además de buenas prácticas y materiales que elaboran ellos mimos.
Joël Valtierra, Senior Account Manager