Susana Gilabert, Directora Marketing & Comunicación

La fuerte competitividad de los mercados actuales obliga a las organizaciones a reinventarse constantemente. Las estadísticas muestran que las compañías con mejores resultados son las que antes se adaptan a las nuevas circunstancias y destinan más recursos a innovar. Para resultar eficaces, la innovación debe traducirse en valor real para el cliente, en mayor calidad y prestaciones en los productos o servicios. Lograr que esta innovación sea percibida y apreciada por el cliente pasa por contar con un plan que se traduzca en acciones concretas de mejora.

El proceso de innovación debe estar arraigado en todas las organizaciones y ser uno de los principales atributos de cualquier marca. Sin embargo, muchas compañías se ven superadas por la rápida evolución del mercado y no consiguen traducir esta necesidad de mejora en un plan concreto que potencia su innovación interna.

Es indudable que estar a la vanguardia tecnológica contribuye a mejorar la operativa y prestaciones de la empresa y a transmitir una imagen de evolución y calidad. Esta capacidad de mejora se encuentra en la propia organización a partir de los profesionales que forman parte de ella y que son quienes mejor conocen las demandas de sus clientes.

Para encontrar estos nuevos caminos, no basta con trasladar la urgencia del cambio a la organización, hablar de los peligros o consecuencias de no afrontarlo o subrayar las oportunidades que brinda al negocio. Es necesario trazar un plan concreto que integre las herramientas tecnológicas, conocimientos y experiencia necesarios para generar nuevas ideas.

Este plan puede implementarse de forma progresiva o ser disruptivo y provocar una sacudida radical en la organización. Aunque es recomendable un proceso gradual que incluya la imagen global que percibe el cliente o usuario de nuestra marca o soluciones. En cualquier caso, la puesta en marcha de este plan es inaplazable si se quiere responder a las altas exigencias competitivas del mercado.

En este sentido, desde Grupo Econocom continuamos trabajando para alcanzar nuestro plan estratégico ‘e for excellence’, concentrándonos en la calidad del delivery del servicio, la complementariedad entre nuestras actividades y la búsqueda de valor añadido. Ofrecemos a nuestros clientes un programa continuo de innovación a partir de un análisis exhaustivo de todos los aspectos que afectan a la operativa de su negocio y funcionamiento. Tras ese primer análisis, identificamos las áreas más urgentes de actuación y diseñamos un traje a medida para cada caso, teniendo en cuenta la infraestructura IT, los objetivos de negocio y los recursos disponibles.

Durante todo este proceso, se establecen métricas que indican el grado de progreso y satisfacción del cliente, la asunción de los cambios y el seguimiento del cumplimiento de las expectativas.

Desde Grupo Econocom buscamos una mejora de la calidad percibida por los clientes y posibles áreas de actuación en la organización, así como medidas que potencien el offering de productos y servicios.

Por eso, la innovación debe apoyarse en parámetros de calidad que sean analizados, aporten criterio y permitan medir su evolución. Su utilidad y eficacia solo se traducirá en ganancias para los negocios, si los clientes consideran que le aportan valor y diferenciación respecto a la competencia.

 

Susana Gilabert, Directora Marketing & Comunicación